Hacia un tratamiento personalizado para la diabetes tipo 2


El tratamiento estrella -la metformina-, es inoperante hasta en un 20% de pacientes por una mutación genética, lo que obliga a personalizar el tratamiento.

El Dr. Florez (jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital de Massachusetts) y su grupo de colaboradores proponen crear subgrupos de pacientes diabéticos tipo 2 obesos, resistentes a la insulina, con fallo de célula beta pancreática o acompañada de hipercolesterolemia. Se trata de primer esfuerzo por parte de la comunidad investigadora para distinguir de manera individual a cada paciente y poder así tomar decisiones más individualizadas acerca tanto de su tratamiento como de qué intervenciones haya que hacer en sus estilos de vida.

Dr. Francisco Martínez Peñalver – Equipo Médico Neolife


Actualmente la diabetes tipo 2 se trata de forma global, generalmente iniciando con antidiabéticos orales (principalmente metformina).

La diabetes tipo 2 constituye una pandemia a nivel mundial (1), y se produce por la incapacidad por parte de la célula beta pancreática para producir la cantidad de insulina que se necesita en cada momento. Es una enfermedad cuya evolución y respuesta a tratamientos farmacológicas es diferente en cada paciente.

Desde un punto de vista macromolecular el paso de los años, la ganancia de peso, el sedentarismo… son factores reconocidos que aceleran este proceso. A nivel molecular, las causas de esta incapacidad de la célula beta pasan por un fallo en la producción de la hormona, un error en el transporte de esta hacia la membrana celular o una fallida liberación de la insulina a través de dicha membrana celular.

Neolife - Hacia un tratamiento personalizado para la diabetes tipo 2

A la hora de tratar a un paciente con diabetes tipo 2 diagnosticada, los médicos que nos dedicamos a ello acudimos a las Guías de Tratamiento existentes, p.ej. la guía de la American Diabetes Association (ADA) (2). El tratamiento estrella en estas guías es la metformina, la cual es inoperante hasta en un 20% de pacientes en los que una mutación genética hace inservible el fármaco (3).

Los estudios genéticos para conocer la presencia de estas mutaciones solo deben hacerse una vez en la vida, con un coste bajo para la importancia de la información obtenida, ya que la integración del genoma del paciente con los datos clínicos permitirá personalizar al extremo la toma de decisiones y con ello aumentaremos la tasa de éxito por cada paciente.

Que la diabetes tipo 2 es una enfermedad distinta en cada paciente lo vemos cuando en cada uno de ellos: la evolución de la enfermedad, la respuesta al tratamiento y a las transgresiones dietéticas es diferente. A pesar de ello, dado el ingente volumen de pacientes, la enfermedad se trata de forma global, generalmente iniciando con antidiabéticos orales; y entre ellos, como ya hemos referido anteriormente, la estrella es la metformina. No pretendemos decir que sea mala, de ningún modo, sino explicar que hay pacientes que no se benefician de sus propiedades y por eso a estos pacientes hay que identificarlos y tratarlos adecuadamente. Pero hay que admitir que la metformina tiene bien ganada su fama de tratamiento de base porque es capaz de modificar el curso de la enfermedad en muchos pacientes, ayudando no solo al control de la glucemia, sino al cumplimiento de hábitos de vida saludables.

El jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital de Massachusetts, el Dr. Florez, reconoce que “estos tratamientos recomendados por las guías ayudan a controlar la enfermedad, a tratar grandes poblaciones, pero que se necesita un enfoque más personalizado según la causa original de la diabetes tipo 2 en cada paciente”4. El Dr. Florez y su grupo de colaboradores proponen crear subgrupos de pacientes diabéticos tipo 2 obesos, resistentes a la insulina, con fallo de célula beta pancreática o acompañada de hipercolesterolemia. Estos grupos no son compartimentos estancos -seguramente cada paciente tenga un poco de cada uno de ellos-, pero es un primer intento de clasificarlos y singularizarlos para buscar respuestas individuales con la modificación de estilos de vida, tratamientos farmacológicos…

Existen otros grupos de investigadores que han preferido hacer esta subclasificación atendiendo a la complicación secundaria a la enfermedad que pueda aparecer en los pacientes (retinopatía, nefropatía, arteriopatía periférica…). Esto es tan válido como lo propuesto por el Dr. Flórez y apunta en la dirección de que en los próximos años se va a hacer un esfuerzo por parte de la comunidad investigadora para ir distinguiendo de manera individual a cada paciente y poder así tomar decisiones más individualizadas acerca tanto de su tratamiento como de qué intervenciones haya que hacer en sus estilos de vida.

En Neolife venimos preconizando desde hace tiempo que la Medicina del Siglo XXI debe regirse por las 4Ps (Predicción, Prevención, Proactividad y Personalización). En este axioma uno de los aspectos que más calidad aporta es la Personalización. Cada paciente es singular, es distinto, y por tanto va a necesitar tests diagnósticos y tratamientos diferentes a los de otros pacientes; y en esa personalización, aparte de un aumento de la calidad de vida, vamos a encontrar una mayor tasa de éxitos en la prevención y curación de las enfermedades.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Ginter E, Simko V. Type 2 diabetes mellitus, pandemic in 21st century. Adv Exp Med Biol. 2012;771:42-50

(2) American Diabetes Association. Diabetes Advocacy: Standards of Medical Care in Diabetes-2018. Diabetes Care. 2018 Jan;41(Suppl 1):S152-S153.

(3) Li Q et al. STK11 rs2075604 Polymorphism is associated with metformin efficacy in Chinese type 2 diabetes mellitus. Int J Endocrinol. 2017;2017:3402808

(4) Merino J, Florez JC. Precision medicine in diabetes: an opportunity for clinical translation. Ann N Y Acad Sci. 2018 Jan;1411(1):140-152.