Melatonina

Melatonina: del sueño al eje intestino – cerebro – corazón


La melatonina ha pasado de ser considerada una “hormona del sueño” a un modulador sistémico con efectos relevantes en la salud cardiovascular, metabólica, inmunitaria y cognitiva. Recientemente, surgió cierta controversia tras la publicación de datos observacionales preliminares que sugerían una posible asociación entre el uso prolongado de melatonina y un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca.

Sin embargo, una revisión crítica y un análisis detallado de la información publicada por la American Heart Association (AHA) indican que este tipo de estudios no permite establecer una relación causal y presenta limitaciones importantes. Esto se debe a que se sustentan en bases de datos poblacionales y carece de control sobre factores como la dosis, la duración del consumo, las comorbilidades y la calidad del sueño de los participantes. Estas limitaciones reducen el valor clínico de los resultados, que deben interpretarse como hipótesis generadoras y no como conclusiones definitivas. Es por esto, que desde Neolife queremos divulgar con rigor científico las propiedades beneficiosas que tiene la melatonina más allá de la regulación del ciclo circadiano.

Dra. Sánchez – Equipo Médico Neolife


Más allá del sueño: una molécula clave en la homeostasis global

Hasta la fecha, no existen ensayos clínicos aleatorizados que confirmen un efecto adverso directo de la melatonina sobre el sistema cardiovascular. Al contrario, mejorar la calidad del sueño es una de sus principales funciones y con ello reduce el riesgo de hipertensión, diabetes, inflamación y mortalidad cardiovascular.

Lo que hasta ahora sí sabemos de la melatonina es que mejora la latencia del sueño y la calidad global especialmente el insomnio de inicio. Además, tiene un claro efecto antioxidante y es un regulador inmunitario con potencial neuroprotección. Y por si no fuera poco, tiene perfil de seguridad superior a las benzodiacepinas, no crea dependencia ni alteración cognitiva.

melatonina

En los últimos años, se ha descubierto que la melatonina desempeña un papel fundamental en el equilibrio del microbioma intestinal abriendo nuevas perspectivas terapéuticas. Hasta ahora se sabe que el intestino contiene concentraciones de melatonina hasta 400 veces superiores a las cerebrales, no solo se produce en la glándula pineal, sino que también en el tracto gastrointestinal, allí actúa localmente sobre receptores entéricos para modular motilidad, inmunidad y permeabilidad intestinal. Esta producción se lleva a cabo a través de las mismas bacterias intestinales que tienen capacidad de influir en la conversión del triptófano a serotonina que después se convierte a melatonina afectando directamente la producción de esta hormona y su acción sistémica. Esto explica por qué los pacientes con disbiosis (alteración de la flora bacteriana intestinal) pueden experimentar problemas de sueño, alteración del ritmo circadiano e incluso estado de ánimo. La melatonina favorece el crecimiento y mantenimiento de bacterias beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium y reduce especies bacterianas proinflamatorias (LPS), promoviendo un estado de eubiosis (equilibrio). Esta acción contribuye a disminuir la inflamación intestinal, mejorar la integridad de la mucosa y optimizar la respuesta inmune.

La melatonina es la única hormona con acción antioxidante, la interacción melatonina – microbiota reduce el estrés oxidativo y los a marcadores inflamatorios (TNF – alfa, IL-6), mejorando la sensibilidad a la insulina, el metabolismo lipídico y la regulación neuroendocrina a través del eje intestino – cerebro.

Múltiples estudios sugieren beneficios potenciales como coadyuvante en síndrome de intestino irritable, disbiosis inducida por estrés o antibióticos, enfermedades metabólicas (resistencia a la insulina y obesidad), y patologías neurodegenerativas como Parkinson y Alzheimer.

Paradójicamente los mismos mecanismos que algunos estudios observacionales relacionan con daño cardiovascular son los que, en evidencia fisiológica demostrada, protegen al endotelio y reducen la inflamación sistémica. A través de su acción antioxidante y su influencia sobre el microbioma intestinal, la melatonina disminuye la peroxidación de lípidos, mejora la función mitocondrial (producción de ATP que se traduce en energía), favorece un perfil lipídico más saludable, regula la presión arterial y la variabilidad cardiaca, modula el tono autonómico simpático – parasimpático (salud del nervio vago).

La interacción bidireccional entre la melatonina y el microbioma se perfila como un mecanismo esencial en la regulación de múltiples funciones fisiológicas. Modificar este eje abre una vía terapéutica prometedora en trastornos inflamatorios, metabólicos y neurológicos.

En este contexto, la melatonina trasciende su papel tradicional como regulador del sueño: se comporta como un modulador integral del eje circadiano–inmune–microbiano, con efectos de gran alcance sobre la salud cardiovascular, metabólica y neuroendocrina.

Dicho esto, su impacto global en el organismo es claramente protector y homeostático, especialmente cuando se acude a profesionales de salud para ajuste de dosis y personalización del tratamiento. Para nosotros en Neolife, la regulación del ciclo circadiano y el buen descanso es un pilar de tratamiento fundamental con resultados demostrables en el bienestar de nuestros pacientes y sabemos que, la suplementación con melatonina puede contribuir a restablecer el equilibrio del ecosistema intestinal (eubiosis) y actuar como coadyuvante terapéutico en condiciones como el síndrome del intestino irritable, la disbiosis inducida por estrés o determinadas enfermedades metabólicas y neurodegenerativas.

El reto actual en la práctica clínica en Neolife consiste en personalizar su uso, adaptándolo a la edad, el cronotipo, el estado del microbioma intestinal, las comorbilidades y los objetivos clínicos de cada individuo. Mientras tanto, continuamos a la espera de nueva evidencia, los datos actuales respaldan un empleo racional, seguro y supervisado de la melatonina siempre dentro de un enfoque global orientado a la salud integral y, por supuesto, a la longevidad saludable.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Iesanu, M. I., Zahiu, C. D. M., Dogaru, I.-A., Chitimus, D. M., Pircalabioru, G. G., Voiculescu, S. E., Isac, S., Galos, F., Pavel, B., O’Mahony, S. M., & Zagrean, A.-M. (2022). Melatonin–Microbiome Two-Sided Interaction in Dysbiosis-Associated Conditions. Antioxidants11(11), 2244. https://doi.org/10.3390/antiox11112244

(2) American Heart Association. Long-term use of melatonin supplements to support sleep may have negative health effects. News release, 3 Nov 2025.


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