Microbiota intestinal


Vivimos en simbiosis mutualista con estos microorganismos que habitan nuestro intestino, nos necesitamos mutuamente. 

Tener una microbiota sana es vital para nuestra salud mental, el control del peso y apetito, el descanso, bajar nuestro riesgo cardiovascular, de desarrollar diabetes, bajar nuestro riesgo de desarrollar cáncer, tener una correcta inmunidad, prevenir el desarrollo de enfermedades autoinmunes, intolerancias, alergias, migraña, diarrea, estreñimiento y dolor abdominal, infertilidad, etc…

Dr. Alfonso Galán González – Equipo Médico Neolife


La microbiota es de suma importancia para nuestro sistema inmune

Lo conocerás como microbiota intestinal, microbioma en terminología anglosajona o flora intestinal de forma más coloquial. A estas alturas ya todos sabemos que tenemos bacterias sanas en nuestro intestino que conviven con nosotros y que tienen efectos beneficiosos sobre nuestro organismo. Pero ¿realmente sabes lo importantes que son? ¿Sabes cómo sus alteraciones se relacionan con patología? ¿Sabes que la podemos estudiar…y reparar?

Tenemos microbiota también en nuestra piel y nuestras mucosas de forma fisiológica (salvo la conjuntiva del ojo que es estéril por definición). El 80% de nuestras células del sistema inmune están en el intestino y se comunica vía sangre y linfa con el resto del organismo

Nuestra microbiota intestinal nos acompaña desde el momento del nacimiento (algunos estudios sugieren ahora que el líquido amniótico en el que nadamos antes de nacer ya lleva bacterias que empiezan a poblar nuestro intestino). Al pasar por el canal del parto, al acercarnos al pecho de nuestra madre, al recibir los besos de la familia, al mamar por primera vez recibimos bacterias que colonizan nuestro intestino. Nuestra flora madura durante los 4-5 primeros años de vida según nos vamos exponiendo a diferentes ambientes y alimentos.

Simbiosis y salud

Vivimos en simbiosis mutualista con estos microorganismos, nos necesitamos mutuamente. Y decimos microorganismos pues no solo son bacterias, también hay hongos y levaduras, virus, protozoos y arqueas.

Unos datos:

  • Tenemos 100 billones de bacterias en nuestro intestino. ¡10 veces más que células en todo el cuerpo!
  • Tenemos más de 1000 especies diferentes de bacterias.
  • Unos 2 kg en total de nuestro peso corporal son microbiota.
  • Constituyen el 48% del peso de nuestras deposiciones.
  • Nuestro organismo es en un 21% proteína; y nosotros no somos capaces de sintetizar muchos aminoácidos (los componentes de las proteínas), nuestra microbiota si puede.
  • Más del 30% de las sustancias que circulan por nuestra sangre han sido producidas por la microbiota.

Nuestra microbiota necesita comunidades multiespecie para vivir y completar su capacidad metabólica para degradar nutrientes, obtener energía y sintetizar compuestos esenciales para la comunidad.

Tener una microbiota sana es vital para nuestra salud mental, el control del peso y apetito, el descanso, bajar nuestro riesgo cardiovascular, de desarrollar diabetes, bajar nuestro riesgo de desarrollar cáncer, tener una correcta inmunidad, prevenir el desarrollo de enfermedades autoinmunes, intolerancias, alergias, migraña, diarrea, estreñimiento y dolor abdominal, infertilidad, etc…

Espero que con este último párrafo haya llamado tu atención. Todo lo que afirma está rigurosamente probado científicamente, y, como siempre, lo vamos a desarrollar aquí para vosotros.

La microbiota es de suma importancia para nuestro sistema inmune; el 80% de nuestras células del sistema inmune están en el intestino y se comunica vía sangre y linfa con el resto del organismo. Influye en la maduración y correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune “entrenándolo “continuamente y enseñandole a qué debe atacar y a qué no.

Constituye una barrera física y bioquímica para evitar la entrada de patógenos. Si nuestra microbiota no está en equilibrio entramos en lo que llamamos disbiosis que nos lleva a inflamación y a enfermedad.

Se comporta como un auténtico “segundo cerebro”. El sistema nervioso entérico contiene tantas neuronas como nuestra médula. El 60% de la información que le llega a nuestro cerebro proviene de nuestro intestino y produce neurotransmisores incluso en más cantidad que el sistema nervioso central (SNC). Con nuestro SNC está permanentemente en comunicación a través de estos neurotransmisores, del eje Hipotálamo-hipofiso-adrenal (del que hemos hablado aquí), de metabolitos bacterianos y citoquinas segregadas, etc… ¿Quién no ha notado los nervios, el miedo, la ilusión, las emociones en general en “la tripa”? Están íntimamente relacionados.

Microbiota intestinal

Grupos Funcionales 

El grupo más importante y estudiado de nuestra microbiota intestinal son las bacterias. Como digo, hay más de 1000 especies que se agrupan en una serie de grupos funcionales, con funciones similares. Esto nos facilita su estudio y análisis.

Distinguimos un grupo de las bacterias de estabilización del medio y un grupo de patógenos facultativos. Dentro del grupo de aquellas que controlan la estabilidad y homeostasis del medio intestinal están las protectoras, inmunomoduladoras, muconutritivas, sacarolíticas primarias y Neuroactivas. A sus funciones y consecuencias de su alteración nos referiremos a continuación.

Entre los microorganismos patógenos facultativos distinguimos las bacterias proteolíticas y los hongos y levaduras.

De la estabilidad funcional de nuestra microbiota dependen:

  • La digestión de los alimentos
  • La obtención de nutrientes
  • El normal rendimiento inmunitario, metabólico y neuroactivo.

Microbiota Inmunorreguladora

Las bacterias más importantes de este grupo son Escherichia Coli apatógena y Enterococcus faecalis.

Regulan a nivel local todos los componentes implicados en la respuesta de la inmunidad, garantizan un entrenamiento continuo del sistema inmunitario, son capaces de inducir respuestas inmunitarias inespecíficas y colaboran con el sistema inmunitario en los fenómenos de identificación inmunitaria o inmunotolerancia (identificar patógenos como patógenos y moléculas inofensivas como no patógenas y no susceptibles, por tanto, de montar una reacción inmune frente a ellas).

Si encontramos un resultado analítico por debajo del rango de normalidad de estas bacterias el sujeto tiene un aumento de susceptibilidad a alteraciones inmunitarias como enfermedades autoinmunes, alergias o inmunodeficiencias.

Microbiota Protectora

Compuesta por bacterias como los Lactobacillus, Bifidobacterias y Bacteroides.

Estabilizan el medio intestinal manteniendo el ph ácido necesario en el intestino, sintetiza bacteriocinas y peróxido de hidrógeno protegiéndonos frente a crecimiento y colonización por microorganismos patógenos. Además, fortalece y repara las tight junctions, que son las uniones entre las células del epitelio intestinal y que cuando fallan llevan a los muy manidos cuadros de Permeabilidad intestinal.

Microbiota intestinal

Si su número está bajo perdemos esta función de barrera frente a patógenos, se desestabiliza el medio favoreciendo la disbiosis y se compromete la absorción de nutrientes.

Microbiota Muconutritiva

Las bacterias más importantes de este grupo son Faecalibacteroium prausnitzii y Akkermansia muciniphila.

Estabilizan la capa de mucus que recubre el epitelio intestinal y que es donde vive nuestra microbiota. Renueva esta capa de moco degradando la misma y la fibra intestinal, produciendo oligosacáridos y AGCC (ácidos grasos de cadena corta) que sirven de alimento a las células intestinales y el resto de la microbiota. Modula inflamación, y de forma muy importante y característica regula la neoglucogénesis, esto es, la síntesis de glucosa en el hígado.

Cuando estas bacterias están bajas tenemos aumento de susceptibilidad a padecer patología inflamatoria como enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa, y enfermedades metabólicas como diabetes tipo2, síndrome metabólico, obesidad o hígado graso no alcohólico.

Microbiota intestinal

 

Microbiota Sacarolítica primaria

Las bacterias más importantes de este grupo son el Bifidobacterium adolescentis y Ruminococcus Bromii

Apoya a la microbiota muconutritiva en la digestión de cadenas largas y complejas de hidratos de carbono. Estimula a otras especies para que degraden normalmente la fibra alimentaria. Son esenciales para la degradación primaria del almidón resistente y la oligofructosa produciendo ácido butírico y láctico que nutren a las células intestinales y acidifican el medio respectivamente.

Un resultado bajo en este grupo funcional, por tanto, hace que no podamos digerir bien los hidratos de carbono complejos y no produzcamos bien los mencionados AGCC.

Microbiota intestinal

Microbiota Neuroactiva

Bifidobacterium adolescentis de nuevo y lactobacillus plantarum son las bacterias más importantes de este grupo.

La microbiota neuroactiva es capaz de sintetizar GABA (ácido Gamma amino butírico), que es un neurotransmisor esencial para cuadros sobre todo ansiosos. Además, modulan los receptores de neurotransmisores y estabiliza el eje intestino-cerebro, el sistema inmunológico y el dolor visceral. Su capacidad de sintetizar neurotransmisores como los de nuestro cerebro hace que nuestras bacterias y nuestro cerebro tengan un lenguaje común que consolida funcionalmente este eje Intestino-cerebro. Sabemos que administrando Lactobacillus plantarum a individuos estresados, su estrés y ansiedad se redujo teniendo su correlato en los niveles de neurotransmisores como GABA, serotonina, dopamina y Norepinefrina. Pacientes deprimidos muestran disbiosis intestinal y alteraciones en neurotransmisores que afectan al eje intestino-cerebro.

Microbiota Proteolítica

La microbiota proteolítica está compuesta por diversas bacterias que son patógenos facultativos. Esto es, que en equilibrio y cantidad adecuada, hacen labores favorables para el huésped pero que si se descontrolan nos pueden hacer daño.

Contribuye a la digestión de proteínas generando productos de degradación buenos como los aminoácidos, y potencialmente dañinos como las aminas biógenas (algunas conocidas como la histamina y otras con nombres tan inquietantes como putrescina o cadverina), amoníaco, etc..

Si tenemos un sobrecrecimiento de bacterias proteolíticas, el ph del intestino- que recuerdo debe ser fisiológicamente ácido- se torna más alcalino favoreciendo el desarrollo de patógenos. Nuestro sistema trata de acidificar de nuevo ese intestino a costa de sobrecargar al hígado y consumir nuestro bicarbonato en sangre llevando a mayor acidificación del medio. Estos proteolíticos lesionan la mucosa intestinal produciendo inflamación crónica y alterando la permeabilidad intestinal.

Microbiota intestinal

Microbiota Fúngica

Compuesta por hongos y levaduras donde el más importante es la Cándida. Si crece por encima de lo normal se convierte en patógena y libera metabolitos tóxicos; además se puede comportar como un reservorio de hongos para que podamos presentar infecciones por esta causa en otras zonas como boca, vagina, etc..

Pues bien, espero que con todo esto quede claro lo importante que es tener una microbiota equilibrada donde tengamos la cantidad adecuada de todas las bacterias y microorganismos que la forman sin que ningún patógeno facultativo esté creciendo en exceso o nuestra microbiota protectora sea débil.

Factores ambientales y tóxicos

Desgraciadamente la vida que llevamos nos lleva a una auténtica extinción de nuestras bacterias intestinales favoreciendo estos casos de disbiosis.

Por mencionar algunos de los factores externos que le pueden afectar:

  • La dieta; un exceso de carne, de azúcar o escasa ingesta de fibra alteran nuestra flora.
  • El sedentarismo favorece la disbiosis.
  • El descanso; los trastornos del ritmo circadiano, sus desregulaciones también favorecen la disbiosis.
  • Químicos; desde aditivos a disruptores endocrinos alteran nuestras bacterias intestinales.
  • Fármacos; sobre todo los antibióticos y los inhibidores de la bomba de protones (el famoso Omeprazol y fármacos de esa familia)
  • El mismo proceso de envejecimiento está relacionado con una bajada en la población de bacterias protectoras y un aumento de proteolíticos.

Es más que probable que te hayas sentido identificado con alguno o varios de estos síntomas y cuadros que has leído que pueden ser causados por un desequilibrio en tu microbiota.

En Neolife ahora podemos valorar tu microambiente intestinal de la forma más científica y avanzada con una simple muestra de heces. Nuestro equipo médico pondrá en relación tus síntomas con los hallazgos de la prueba y te propondrá la mejor forma de restaurar el equilibrio en tu microbiota y corregir el problema.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Role of the normal gut microbiota. World J Gastroenterol 2015 August 7; 21(29): 8787-8803

(2) Enterococcus faecalis Inhibits Hyphal Morphogenesis and Virulence of Candida albicans Melissa R. Cruz, Carrie E. Graham, Bryce C. Gagliano, Michael C. Lorenz, Danielle A. Garsin Infection and Immunity January 2013 Volume 81 Number 1. 189-200

(3) Review Article: Association between Faecalibacterium prausnitzii Reduction and Inflammatory Bowel Disease: A Meta-Analysis and Systematic Review of the Literature Hindawi Publishing Corporation Gastroenterology Research and Practice Volume 2014, Article ID 872725, 7 pages

(4) Exploring the influence of the gut microbiota and probiotics on health: a symposium report Linda V. Thomas, Theo Ockhuizen and Kaori Suzuki. British Journal of Nutrition (2014), 112(S1), S1–S18

(5) Role of the Microbiota in Immunity and Inflammation Yasmine Belkaid and Timothy W. Hand Cell 157, March 27, 2014 ª2014 Elsevier Inc. 121-141

(6) Contribución de la microbiota intestinal y del género «Bifidobacterium» a los mecanismos de defensa del huésped frente a patógenos gastrointestinales Y. Sanz, M.C. Collado, J. Dalmau Acta Pediatr Esp. 2006; 64: 74-78

(7) Probiotics and prebiotics and health in ageing populations Sylvia H. Duncan∗, Harry J. Flint Maturitas 75 (2013) 44– 50