La ciencia avala el uso de testosterona de larga duración


Un reciente estudio demuestra que la acción hormonal no solo no es perjudicial para el sistema urinario, sino que es beneficiosa.

A pesar de la creencia de que la testosterona empeora la función del aparato genitourinario, el estudio demuestró una normal función del sistema urinario. Pero además se observó una corrección de los niveles de testosterona en sangre de los pacientes y una mejoría de un 60-70% en cuanto a la disfunción eréctil que los pacientes presentaban de manera previa.

Dr. Francisco Martínez Peñalver – Equipo Médico Neolife


Cada vez existe más evidencia científica que desmonta la “mala imagen” de la testosterona, demostrando que esta hormona nos ayuda a afrontar un envejecimiento lento y saludable.

Con frecuencia los tratamientos en adultos jóvenes (y cada vez más en “no tan jóvenes”) vienen acompañados de todo tipo de temores acerca de los efectos secundarios que clásicamente se han asociado con esta hormona: caída de cabello, cáncer de próstata, cáncer de hígado, infertilidad… Dichos supuestos efectos secundarios sirven para alejar a la mayor parte de los pacientes de esta opción terapéutica, que por otra parte podría constituir el remedio o el alivio para muchas de las situaciones que esos mismos pacientes padecen. El hecho es que la palabra “testosterona” en nuestra cultura siempre ha llevado aparejada una connotación negativa.

La administración de la hormona puede rrealizarse tanto en gel, como la inyección semanal o quincenal -dolorosa a nivel local-, constituyen dos formas de aplicación susceptibles de notable mejora. Existía en nuestro país una inyección trimestral hasta hace poco, el Undecanoato de Testosterona, pero se retiró de la venta alegando que los pacientes no alcanzaban los niveles deseados de hormona de una manera mantenida.

Uno de los “supuestos efectos” más conocidos es sobre el aparato genitourinario.

Supuestamente la terapia hormonal con testosterona aumenta el tamaño prostático, lo cual podría poner en compromiso la función del aparato genitourinario al dificultar la salida de la orina.

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Un reciente estudio publicado el pasado mes de julio en Journals of Urology por investigadores del Boston University School of Medicine and Public Health demostró que la acción hormonal no solo no era deletérea para el sistema urinario, sino beneficiosa, aplicando de manera trimestral el Undecanoato de Testosterona. Efectivamente, los efectos observados hablaron de una reducción de la cantidad de orina remanente en la vejiga, parámetro relacionado con la buena función del sistema urinario, y no se observaron aumentos significativos del tamaño de la glándula prostática. De manera secundaria se observó una corrección de los niveles de testosterona en sangre de los pacientes y una mejoría de un 60-70% en cuanto a la disfunción eréctil que los pacientes presentaban de manera previa.

Cada vez existe más evidencia en la literatura en dos sentidos. El primero es el de este artículo, ir desmontando poco a poco la “mala imagen” de la testosterona con evidencia científica seria en nuestras manos. El segundo, que será objeto de futuros artículos, entender que la testosterona mejora la función del corazón como bomba, enlentece el deterioro de nuestro cerebro, y prepara a nuestro cuerpo para afrontar un envejecimiento lento y saludable. Adicionalmente, este estudio resalta la posibilidad de buscar vías de administración que sean más cómodas a las actuales y sobre las que habrá que seguir investigando.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Long-Term testosterone therapy improves urinary and sexual function and quality of life in men with hypogonadism: Results from a propensity-matched subgroup of a controlled registry study. Haideer KS, Haider A, Doros G, Traish A. J Urol. 2017 Jul 17. pii: S0022-5347(17)77145-5.