Longevidad saludable, un trending topic


Existe un creciente interés por el proceso de envejecimiento en los medios de comunicación. El motivo es evidente: se trata del futuro de la Medicina. 

Recientemente se han llevado a cabo dos interesantes conferencias sobre longevidad saludable: en una de ellas, la Dra. María Blasco expuso las causas y consecuencias del envejecimiento, así como los nuevos estudios existentes enfocados al mantenimiento de la calidad de vida; en otra, se puso de manifiesto la importancia de la Dieta Mediterránea como factor de prevención de enfermedades.

Dirección médica de Neolife


Según la Dra. María Blasco, el proceso de envejecimiento es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las degenerativas y las metabólicas.

El aumento de la longevidad – Life Span – es evidente e imparable, de forma que incluso ha superado con creces la previsión más optimista. Sin embargo, este incremento de longevidad no se ha traducido en un mantenimiento de la calidad de vida a lo largo de los años. Es por ello que el Health Span – o “periodo libre de enfermedad” – es probablemente el reto futuro más importante que tiene la Medicina.

Como muestra de este interés emergente por las ciencias vinculadas a la longevidad y a la calidad de vida, se dictaron en Madrid conferencias los días 27 y 28 de noviembre de 2014.

El 27 de noviembre y dentro del “Ciclo de Conferencias sobre Envejecimiento, Sociedad y Salud” organizadas por el Centro de Estudios del Envejecimiento y por la Fundación Ramón Areces, la Dra. María Blasco – directora del CNIO -, dictó la conferencia “El Origen de la Enfermedad”

El mensaje principal de su exposición fue mostrar la poderosa evidencia científica de que el propio proceso de envejecimiento es la principal causa de las enfermedades no transmisibles: las cardiovasculares, el cáncer, las neurodegenerativas y las metabólicas. No obstante este proceso de envejecimiento puede ser modulado por unos hábitos de vida saludables, minimizando las agresiones que nosotros mismos provocamos a nuestra salud, lo que la premio Nobel Elisabeth Blackburn denomina Life´s Insults. Sabemos que el peso de la genética sobre el proceso de envejecimiento no es más del 20% lo que significa que podemos actuar sobre el otro 80% para lograr un envejecimiento saludableHealthy Aging.

Pero los avances científicos en el conocimiento de las bases moleculares del envejecimiento publicados por ella misma (como coautora de la magnífica publicación “The Hallmarks of Aging” , publicada en Cell en Junio de 2013 (1) y cuyo primer autor es el Prof. Carlos López-Otín), han dado las herramientas para poder actuar sobre cada una de las 9 causas moleculares del envejecimiento.

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De esta manera una intervención terapéutica única y efectiva sobre estas causas de envejecimiento trataría de forma global tanto a las enfermedades cardiovasculares como al cáncer o a las neurodegenerativas, “parece ciencia ficción, pero es algo que ya se ha conseguido en ratones” comentó la Dra. Blasco. Además disponemos de biomarcadores (como la longitud de los telómeros) que nos informan del estado de envejecimiento a nivel molecular y que junto con marcadores genéticos nos permiten ya adoptar medidas preventivas y objetivar la evolución de este proceso.

La Terapia Génica del Envejecimiento con telomerasa, los estudios futuros y más novedosos de la Dra. Blasco.

El acortamiento de los telómeros y más concretamente la cantidad de telómeros críticamente cortos, es una de las 9 causas del envejecimiento, pero es de especial importancia (causa primaria) pues incide directamente sobre 5 de las restantes causas, como la estabilidad del genoma, la salud de las células madre o de las mitocondrias, entre otras. La activación de la enzima telomerasa es la manera de frenar este acortamiento, e incluso, revertirlo. La Dra. Blasco y su equipo han conseguido alargar tanto el life span como el health span en ratones transgénicos (tienen sus genes modificados desde el proceso embrionario), en nada menos que un 40%. “¿Qué pasaría si hiciéramos esto en humanos?”, se pregunta la Dra. Blasco. La respuesta es que duplicaríamos la vida libre de enfermedad, el health span, de 40 años a 80 años y además acercaríamos la esperanza de vida media a los 120 años. “Obviamente no podemos hacer humanos transgénicos…, pero sí podemos diseñar estrategias terapéuticas que consigan lo mismo”. Esto se conseguiría mediante terapia génica incorporando unos determinados genes (p.ej. el de la telomerasa) en nuestras células mediante virus AAV de una manera limitada en el tiempo, controlada y segura. Actualmente hay más de 700 personas en el mundo que están siendo tratadas de distintas enfermedades (fibrosis quística, hemofilia, distrofia muscular…) en varios ensayos clínicos mediante terapia génica. En el caso de la “Terapia Génica del Envejecimiento con telomerasa”, los más novedosos estudios de la Dra. Blasco en ratones de mediana edad (1 año) y viejos (2 años) han dado sorprendentes resultados en la prevención y retraso de la aparición de enfermedades como la diabetes, enfermedad cardiovascular, osteoporosis, deterioro neurocognitivo y cáncer, alargando la vida media en un 13% y la vida máxima en un 20%.

La Dra. Blasco finalizó su exposición mostrando cómo el interés por descifrar y afrontar las bases moleculares del envejecimiento ha hecho que compañías como Google o la compañía de Craig Venter (descubridor del genoma humano), Human Longevity Inc., inviertan importantes sumas de dinero en estas investigaciones.

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La Dieta Mediterránea previene enfermedades como las cardiovasculares o el cáncer.

El 28 de noviembre se celebró la XXIII Lección Memorial de la Fundación Fernández-Cruz, con el título: Cómo Llegar a Centenario “Más Años, Mejor Vida, Disfrutando”. Fueron 8 magníficas ponencias antes de la Lección Memorial impartida por el Prof. Carlos López Otín.

La primera conferencia de introducción fue impartida por el Prof. Arturo Fernández-Cruz, mostrando las convergencias sociales, nutricionales, de actividad física y de actitud ante la vida de las denominadas “Blue Zones”, localizaciones geográficas con vidas muy longevas(1). Cerdeña, Okinawa y Loma Linda en California comparten la actividad física, la dieta basada en las plantas, la ausencia del tabaco, la importancia de la familia y la implicación social como pilares de una larga vida saludable.

El Prof. Jaako Tuomilehto de la Universidad de Turku, Finlandia, presentó cómo la intervención en los hábitos de vida de la población de Karelia en los años 70 supuso una caída drástica de la enfermedad cardiovascular desde los índices más elevados del mundo a incidencias similares a las de las poblaciones más cardio-saludables. La disminución/eliminación de la mantequilla en el pan, de la sal, el incremento del aceite de canola, de la ingesta de frutos rojos (se promovió su cultivo en granjas particulares) y de fibra vegetal, el aumento de la actividad física y la reducción del peso, fueron las claves de este magnífico logro. El Prof. Tuomilehto presentó “la dieta báltica” como una alternativa local a la dieta mediterránea.

Pero en Dieta Mediterránea nadie sabe más que el Dr. Ramón Estruch, director del estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránera) que desde 2003 estudia los efectos de la Dieta Mediterránea en 9 comunidades autónomas españolas sobre las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. En su ponencia “La Experiencia Mediterránea” destacó que la Dieta Mediterránea no es exclusiva del Mediterráneo, sino de los paralelos 40º (cuenca del Mediterráneo, California, Okinawa…) y -40º (Chile, Argentina, Sudáfrica, Australia). En el magnífico estudio publicado en el New England Journal of Medicine, con el título ”Primary Prevention of Cardiovascular Disease with Mediterranean Diet” hace algo más de un año(2), demostró cómo la ingesta de 4 o 5 cucharadas soperas diarias de aceite de oliva puro virgen extra o 30 gramos de frutos secos mejoraban sustancialmente los biomarcadores de salud cardiovascular (como el score cálcico o el grosor de las capas íntima-media de la carótida) en comparación con la dieta baja en grasas recomendada por la AHA (American Heart Association). De especial interés es el “score de dieta mediterránea” que cuantifica de 0 a 14 el grado de cumplimiento de la dieta, siendo un valor mayor de 9 el objetivo a alcanzar.

La Dieta Mediterránea previene enfermedades como las cardiovasculares o el cáncer.

Con el sugerente título “¿Beber o no Beber?”, refiriéndose a alcohol ¿sí o no?, el Dr. Henk Hendriks expuso sus investigaciones relativas a los efectos beneficiosos del consumo moderado de alcohol sobre la salud cardiovascular – publicados en revistas de máximo nivel científico, como el BMJ, Lancet, JAMA, Diabetes Care, Circulation o NEJM -. Cabe destacar el estudio de intervención cruzado en el que el consumo controlado de vino, cerveza o ginebra mejoró los biomarcadores de salud cardiovascular en relación a los que consumieron agua.

El Prof. Gregorio Varela, Catedrático de Nutrición y Bromatología, presentó su ponencia “Balance Energético óptimo” haciendo hincapié en que en la prevención de la enfermedad y el mantenimiento de la salud, no se trata de llegar a un balance energético neutro con una baja ingesta calórica y un bajo gasto energético, sino de incrementar la actividad física, lo cual permitirá aumentar la ingesta calórica y por tanto la densidad nutricional de la dieta. Un balance energético equilibrado en bajas ingestas y gastos calóricos, no garantiza un aporte suficiente de micronutrientes.

Otras tres magníficas conferencias impartidas por el Prof. Ejido, el Prof. Mayol y el Prof. Fernández Avilés precedieron a la Lección Memorial del Prof. Carlos López Otín con el título “Las Claves Moleculares del Envejecimiento”. En su magistral conferencia el Prof. López Otín hizo un recorrido humano y científico sobre sus pasadas y actuales líneas de investigación en las que el entendimiento de numerosas enfermedades confluye con las bases moleculares del envejecimiento publicadas hace algo más de un año en la revista Cell (3).


BIBLIOGRAFÍA:

(1) https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1200303

(2) López, O., Blasco, M., Partridge, L. et al. “The Haallmarks of Aging”. Cell, Vol 153, Issue 6, p1194-1217, June 2013.

(3) https://www.bluezones.com/wp-content/uploads/2011/02/Nat_Geo_Longevity.pdf