Masa muscular

Principios básicos para el desarrollo de la masa muscular


La masa muscular adquiere beneficios que trascienden la mera estética corporal. Lejos de ser simplemente un componente estructural, se posiciona como nuestro mayor órgano. 

Entre sus beneficios más destacados se encuentra su impacto en el metabolismo basal. Cuanto mayor es la masa muscular de un individuo, más elevada es la tasa metabólica en reposo, lo que se traduce en una capacidad mejorada para emplear calorías. Esta característica esencial contribuye significativamente a la gestión de un peso corporal saludable y, en última instancia, a la prevención del aumento de grasa no deseada.

David Baeza – Unidad de Nutrición Neolife


Relación entre la masa muscular y la resistencia a la insulina

La relación intrínseca entre la masa muscular y la resistencia a la insulina adquiere un papel protagonista en la prevención de la diabetes tipo 2, una condición de salud de creciente preocupación a nivel de salud publica. El tejido muscular no solo actúa como motor biomecánico, sino también como depósito de glucosa. Al tener una mayor masa muscular, se aumenta la capacidad del organismo para manejar y utilizar la glucosa de manera eficiente.

La sinergia entre la masa muscular y el metabolismo es un motor poderoso que impulsa la salud a largo plazo, recordándonos que la inversión en tiempo y esfuerzo para tener un buen nivel de masa muscular, siempre será el camino más inteligente hacia un envejecimiento saludable y activo.

masa muscular

¿Como interactúa nuestra masa muscular con nuestra salud?

  • Equilibrio hormonal: el tejido muscular produce y regula diversas hormonas, como la insulina y el IGF-1, que desempeñan un papel crucial en la regulación del metabolismo y el crecimiento celular.
  • Salud ósea: la carga mecánica asociada con el entrenamiento de fuerza para desarrollar masa muscular contribuye a la densidad ósea, ayudando en la prevención de la osteoporosis.
  • Bienestar mental: el ejercicio que promueve la masa muscular libera endorfinas, mejorando el estado de ánimo y reduciendo el estrés y la ansiedad.
  • Resistencia a enfermedades crónicas: la musculatura robusta está vinculada a una menor incidencia de enfermedades crónicas, como enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
  • Mejora de la composición corporal: desarrollar masa muscular mientras se reduce la grasa corporal puede mejorar la composición corporal, promoviendo una apariencia más atlética y saludable.
  • Regulación del sueño: el ejercicio que involucra la construcción de masa muscular puede mejorar la calidad del sueño y ayudar en la regulación de los ritmos circadianos.
  • Longevidad y envejecimiento saludable: mantener la masa muscular a lo largo de la vida se asocia con un envejecimiento más saludable y una mayor esperanza de vida.

Abordar la tarea de aumentar la masa muscular implica entender conceptos clave y principios fundamentales. La consistencia diaria en la práctica de estos principios es la clave para alcanzar los máximos beneficios y transformar gradualmente el cuerpo a lo largo del tiempo.

Qué es y cómo medir la variable intensidad

La intensidad en el contexto del entrenamiento se refiere al grado de esfuerzo o resistencia que se aplica durante una actividad física. Este término se utiliza para describir la carga o dificultad del trabajo realizado, un componente clave para lograr adaptaciones en el cuerpo, como el aumento de la fuerza, la resistencia y, en el caso de la hipertrofia, el crecimiento muscular. Ajustar la intensidad de manera adecuada en tu entrenamiento es esencial para alcanzar tus objetivos de acondicionamiento físico de manera efectiva. La intensidad puede medirse de diversas maneras según el tipo de ejercicio y los objetivos del entrenamiento. Algunas formas comunes de medir la intensidad incluyen:

  • RIR (Reps in Reserve): RIR se refiere al número de repeticiones que un individuo podría haber hecho más con un peso determinado hasta el fallo muscular momentáneo.En un contexto de hipertrofia, se busca trabajar a un cierto número de repeticiones por serie manteniendo algunas repeticiones en reserva. Por ejemplo, si se tiene un RIR de 2, significa que se detienen dos repeticiones antes de llegar al fallo muscular. Utilizar RIR permite controlar la intensidad del entrenamiento y gestionar la fatiga. Mantener algunas repeticiones en reserva puede ser beneficioso para mantener una buena calidad de ejecución técnica y reducir el riesgo de lesión y no sobrepasar el ratio estimulo: fatiga.
  • RPE (Rating of Perceived Exertion): RPE es una escala subjetiva que mide la intensidad percibida durante el ejercicio, generalmente en una escala de 0 a 10. En el contexto de la hipertrofia, un RPE de 7-9 es comúnmente utilizado. Un RPE de 7 se asociaría con un esfuerzo moderado, mientras que un RPE de 9 indicaría un esfuerzo cercano al máximo, pero sin llegar al fallo total. La ventaja del RPE es que tiene en cuenta factores externos como el estrés, la falta de sueño o cualquier otra variable que pueda afectar la capacidad del individuo para rendir al máximo en un día específico. Al diseñar un programa de entrenamiento para la hipertrofia, se pueden utilizar ambas variables de intensidad. Por ejemplo, se podría prescribir un entrenamiento con un RIR de 2-3 para asegurar un trabajo intenso sin llegar al fallo absoluto. Además, monitorear el RPE permite ajustar la intensidad según cómo se sienta el individuo durante la sesión, adaptándose a factores diarios o semanales. Estas variables proporcionan herramientas efectivas para personalizar y optimizar el entrenamiento para la hipertrofia, teniendo en cuenta la capacidad individual y la gestión de la fatiga.

Volumen mínimo de entrenamiento por grupo muscular. Volumen y frecuencia

Lograr un volumen de trabajo eficiente (la suma total de repeticiones y series en una sesión de entrenamiento) es crucial para señalizar la síntesis proteica y estímulo necesario de desarrollar el mantenimiento o crecimiento muscular. La eficacia radica en proporcionar un estímulo adecuado sin caer en el exceso, evitando así la fatiga innecesaria o el tan conocido sobreentrenamiento. Distribuir este volumen estratégicamente a lo largo de la semana, especialmente en dos sesiones por grupo muscular, se presenta como una táctica eficaz para optimizar el estimulo sobre el tejido muscular.

La importancia del volumen mínimo eficiente reside en su capacidad para activar la síntesis proteica, el proceso biológico clave para la construcción y reparación muscular.

Al ofrecer un estímulo significativo pero controlado, se promueve un ambiente propicio para que las células musculares respondan y se adapten al entrenamiento.

Limitar el volumen a lo esencial no solo evita el agotamiento innecesario, sino que también maximiza la eficiencia del tiempo dedicado al entrenamiento. Sesiones más breves y enfocadas permiten una mayor consistencia y adherencia al programa de entrenamiento a lo largo del tiempo, esencial para el progreso sostenido.

Un volumen mínimo efectivo por grupo muscular suele estar comprendido ente 4 y 8 series efectivas (próximas al fallo) a la semana.

Para obtener los mejores resultados, divide este volumen en dos sesiones y aumenta la intensidad del trabajo por sesión para obtener los máximos beneficios del entrenamiento de fuerza.

Tu capacidad de recuperación entre sesiones será el testigo principal para decidir cuándo aumentar el volumen de trabajo por sesión.

Sobrecarga progresiva

La sobrecarga progresiva se erige como el principio fundamental para desencadenar adaptaciones y promover el crecimiento. Este concepto es esencial para cualquier programa de entrenamiento exitoso y juega un papel central en la optimización del rendimiento y la fuerza.

La sobrecarga progresiva implica gradualmente aumentar la carga de trabajo durante el tiempo. Esto se traduce en desafiar al cuerpo de manera creciente para estimular la adaptación continua, pero de una manera muy sutil. Este principio se aplica tanto al levantamiento de pesas como a otros tipos de ejercicios de fuerza, y su aplicación sistemática es esencial para alcanzar nuevos niveles de fuerza y tamaño muscular.

El cuerpo se adapta a los estímulos a los que se enfrenta. Cuando levantamos pesos, los músculos se ven sometidos a tensiones que desencadenan respuestas fisiológicas, incluida la hipertrofia muscular. Sin embargo, con el tiempo, el cuerpo se acostumbra a estas tensiones, lo que hace que el mismo peso resulte menos desafiante. Aquí es donde entra en juego la sobrecarga progresiva.

Para aplicar este principio de manera efectiva, es necesario realizar ajustes graduales en la intensidad, el volumen o la frecuencia del entrenamiento. Esto podría implicar aumentar el peso que levantas, el número de repeticiones que realizas o la frecuencia con la que entrenas. La clave es mantener un estímulo lo suficientemente desafiante para impulsar constantemente al cuerpo a adaptarse y crecer.

La sobrecarga progresiva es una herramienta poderosa para evitar estancamientos en tu progreso. Al incorporar este principio en tu programa de entrenamiento, estableces las bases para un crecimiento muscular continuo y sostenible. Desde una perspectiva a largo plazo, la sobrecarga progresiva se convierte en el catalizador que impulsa la mejora constante y el logro de tus metas de acondicionamiento físico y fuerza.

Mi opinión personal para realizarlo de la manera mas sencilla, practica y menos lesiva es la siguiente:

  1. Busca un par de ejercicios con los cuales te sientas cómodo y sientas la musculatura objetivo bien trabajada cuando los ejecutas.
  2. Selecciona un peso con el que puedas realizar un numero de repeticiones entre 10 y 20.
  3. Empieza por el intervalo inferior de repeticiones y semana a semana (con el mismo peso) trata de aumentar el numero de repeticiones, tratando siempre de apretar al máximo cada serie soltando la carga en las ultimas repeticiones próximas al fallo muscular. RIR 2-3
  4. Después de algunas semanas trabajando ese patrón de movimiento o ejercicio, cuando llegues al intervalo superior de esas repeticiones (10-20). Aumenta la carga un 2.5-5% y vuelve al intervalo inferior. Esto asegurará el principio básico de la sobre carga progresiva de una manera óptima y efectiva.

Tiempo bajo tensión

En el contexto del entrenamiento de fuerza y desarrollo muscular, el concepto de “tiempo bajo tensión” (TUT) se presenta como un elemento crucial. Este principio se refiere a la cantidad total de tiempo que un músculo está bajo carga durante una serie de ejercicios. Comprender y aplicar estratégicamente el TUT puede marcar la diferencia en la eficacia de tu rutina de entrenamiento y en la optimización del crecimiento muscular.

El tiempo bajo tensión implica dos componentes principales: la duración de cada repetición y el número total de repeticiones en una serie. Multiplicando estos dos factores, obtenemos el TUT total para esa serie específica. Este enfoque no solo se centra en levantar un peso determinado, sino en controlar el ritmo y la velocidad de cada repetición para maximizar la tensión sobre el músculo.

Un TUT más prolongado puede ser beneficioso para varias adaptaciones fisiológicas:

  • Mayor estímulo muscular: al mantener el músculo bajo tensión durante un período más largo, se proporciona un estímulo más prolongado, lo que puede desencadenar respuestas de crecimiento más significativas.
  • Fatiga metabólica: un TUT extendido contribuye a la acumulación de metabolitos, como el lactato, que pueden desencadenar respuestas adaptativas beneficiosas, como mayor señalización o mejor respuesta anabólica.
  • Énfasis en distintas fibras musculares: diferentes ritmos de ejecución pueden reclutar distintas fibras musculares. Un TUT más largo puede permitir la activación de fibras musculares que no se estimulan de manera significativa con repeticiones más rápidas.

Integrar el tiempo bajo tensión de manera efectiva implica ejecutar los ejercicios de manera controlada, manteniendo una velocidad constante y concentrándose en la calidad del movimiento. Ajustar el TUT también permite variar la intensidad del entrenamiento, lo que es beneficioso para la progresión a lo largo del tiempo.

El rol del estrés metabólico en el desarrollo muscular

El estrés metabólico, una condición generada por la tensión y la fatiga en el tejido muscular durante el entrenamiento, se revela como un factor crucial en la búsqueda del desarrollo muscular. Este fenómeno va más allá de la simple fatiga y desencadena una serie de adaptaciones fisiológicas que contribuyen al crecimiento y la fortaleza muscular.

Cuando sometemos nuestros músculos a un esfuerzo intenso y sostenido durante el entrenamiento, se produce una acumulación de metabolitos, como el lactato y el ácido láctico. Esta acumulación no solo genera la sensación de quemazón característica, sino que también desencadena respuestas adaptativas beneficiosas en el tejido muscular:

  • Acumulación de metabolitos: la presencia de metabolitos actúa como señalizadores para la liberación de hormonas anabólicas, como la hormona del crecimiento y la testosterona, que son clave para el desarrollo muscular.
  • Hinchazón celular: la acumulación de fluidos en las células musculares durante el estrés metabólico, conocido como hinchazón celular, puede estimular la síntesis de proteínas y promover la hipertrofia muscular.
  • Activación de rutas anabólicas: el estrés metabólico activa diversas rutas celulares, como la vía mTOR, que desempeñan un papel central en la síntesis de proteínas musculares y el crecimiento.
  • Aumento del flujo sanguíneo: la respuesta al estrés metabólico incluye un aumento del flujo sanguíneo hacia los músculos, proporcionando nutrientes esenciales.
  • Generación de radicales libres: aunque en cantidades controladas, la generación de radicales libres durante el estrés metabólico puede activar respuestas antioxidantes y de señalización celular que deriven en adaptaciones beneficiosas.

Para aprovechar al máximo el estrés metabólico, es fundamental diseñar entrenamientos que impliquen una combinación de repeticiones, series y descansos que desafíen al músculo de manera progresiva. Estrategias como la variación en el tiempo bajo tensión y la inclusión de técnicas de alta intensidad pueden acentuar aún más el estrés metabólico.

La importancia de la tensión mecánica en el desarrollo muscular

La tensión mecánica la entendemos como uno de los principios fundamentales en el entrenamiento de fuerza y desarrollo muscular. Este concepto se refiere a la carga física aplicada a los músculos durante un ejercicio y desempeña un papel esencial en la iniciación de adaptaciones que conducen al crecimiento y la fortaleza musculares.

La tensión mecánica se genera cuando los músculos trabajan contra una resistencia, ya sea mediante levantamiento de pesas, máquinas de resistencia o el propio peso corporal. Este estímulo físico induce cambios fisiológicos que buscan mejorar la capacidad del músculo para manejar cargas y resistir tensiones.

Las claves para comprender la importancia de la tensión mecánica son:

  • Microlesiones musculares: la carga física genera pequeñas lesiones en las fibras musculares, desencadenando procesos de reparación y crecimiento.
  • Activación de unidades motoras: la tensión mecánica activa unidades motoras en los músculos, permitiendo un reclutamiento más eficiente de fibras musculares y, por ende, estimulando la hipertrofia.
  • Respuesta hormonal: la intensidad del entrenamiento y la tensión mecánica generan respuestas hormonales, como la liberación de hormonas de crecimiento y testosterona.
  • Estímulo para la síntesis proteica: la tensión mecánica es un disparador clave para la síntesis de proteínas musculares, el proceso fundamental para el crecimiento y la reparación del tejido muscular.

Para maximizar la tensión mecánica durante el entrenamiento, es esencial:

  • Seleccionar cargas apropiadas: escoger pesos que desafíen el músculo sin comprometer la técnica adecuada.
  • Aplicar amplitud de movimiento: realizar ejercicios con una gama completa de movimiento asegura una tensión mecánica uniforme en todo el músculo.
  • Enfoque en la progresión: aumentar gradualmente la resistencia y la dificultad de los ejercicios para mantener una tensión mecánica progresiva.

La optimización de la tensión mecánica no solo es esencial para el crecimiento muscular, sino que también contribuye a la mejora de la fuerza, la resistencia y la funcionalidad global del sistema musculoesquelético. Al comprender y aplicar eficazmente este principio, se establece un fundamento sólido para un progreso sostenido en el desarrollo físico.

El aumento de la masa muscular es un proceso, complejo y muy interesante, que debe ser supervisado, guiado y controlado por profesionales cualificados.

Si tu objetivo es mejorar tu masa muscular, ya sea para prevenir enfermedades, verte o sentirte mejor, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Neolife somos especialistas en manejo hormonal, metabolismo, nutrición aplicada y suplementación.


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