Antioxidantes endógenos

El poder de los antioxidantes


Los antioxidantes son compuestos químicos que desempeñan un papel esencial en la protección de nuestras células y tejidos contra el daño causado por los radicales libres.

Los radicales libres son moléculas altamente reactivas que se generan de forma natural en nuestro cuerpo como subproductos del metabolismo. Sin embargo, también pueden ingresar en nuestro organismo a través de factores externos como la exposición al humo del tabaco, la radiación ultravioleta, la contaminación ambiental, el estrés, la inflamación y una dieta poco saludable, entre otros.

David Baeza – Unidad de Nutrición Neolife


 

¿Qué son los antioxidantes?

La función principal de los antioxidantes es neutralizar a estos radicales libres, previniendo así el estrés oxidativo, que puede causar daños a las células y contribuir al envejecimiento precoz y diversas enfermedades crónicas. Los antioxidantes trabajan al donar electrones a los radicales libres, estabilizándolos y evitando que ataquen a las células sanas.

antioxidantes endógenos

Importancia de los antioxidantes en la salud

En la última década, la investigación en el campo de la nutrición y la medicina ha tenido una luz significativa sobre el papel crítico que desempeñan los antioxidantes en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

Este equilibrio entre antioxidantes y radicales libres es esencial para mantener la salud y el bienestar a lo largo de la vida. Cuando este equilibrio se desestabiliza y se produce un exceso de radicales libres, se crea un estado conocido como “estrés oxidativo“, que se ha relacionado con una serie de afecciones crónicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.

Los antioxidantes son nuestros aliados naturales en la lucha contra el estrés oxidativo. Actúan neutralizando y desactivando los radicales libres, lo que previene daños celulares y protege nuestra salud en general. Además, los antioxidantes también están involucrados en la reparación celular y la modulación de la respuesta inmunológica, lo que los convierte en componentes esenciales para mantener un sistema inmunológico fuerte y una función celular óptima.

Procesos oxidativos en el metabolismo:

Los procesos oxidativos son eventos naturales que ocurren en nuestro organismo en diversas circunstancias. En el interior de nuestras células, la respiración celular es un proceso esencial para la producción de energía. Sin embargo, durante este proceso, se generan radicales libres como subproductos. Es aquí donde desempeñan un papel crítico al neutralizar estos radicales libres, evitando daños celulares y contribuyendo a la salud mitocondrial.

La respuesta inflamatoria, por otro lado, es una parte natural de la defensa del cuerpo contra lesiones o infecciones. Durante la inflamación, se producen radicales libres como parte de la respuesta inmunológica. Los antioxidantes ayudan a regular esta respuesta y a prevenir el daño celular excesivo que podría ocurrir durante procesos inflamatorios crónicos.

Otro ejemplo podría ser la radiación ultravioleta (UV) del sol, que puede dañar las células de la piel, generando radicales libres y contribuyendo al envejecimiento prematuro de la piel y al riesgo de cáncer de piel. Los antioxidantes, como la vitamina E y el betacaroteno (precursor de la vitamina A), actúan como protectores reduciendo el daño causado por la radiación UV.

Por último, la digestión y el metabolismo de los alimentos pueden generar radicales libres en el cuerpo. Los antioxidantes que obtenemos de la dieta desempeñan un papel esencial al contrarrestar estos radicales libres.

Estrés oxidativo y envejecimiento

El proceso de envejecimiento es intrínseco a la vida y está relacionado con una serie de factores genéticos y ambientales. Uno de los principales actores involucrados en el envejecimiento es el estrés oxidativo, que se produce cuando hay un desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad del cuerpo para neutralizarlos con antioxidantes. A medida que envejecemos, nuestros sistemas antioxidantes naturales pueden volverse menos eficientes, lo que lleva a un mayor estrés oxidativo y daño celular.

El estrés oxidativo puede acelerar el envejecimiento al contribuir a la degeneración de los tejidos, el deterioro de las funciones celulares y el aumento del riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas. Por lo tanto, en Neolife tratamos de contrarrestar el estrés oxidativo y fortalecer los mecanismos de defensa antioxidante del cuerpo para mantener una calidad de vida óptima durante toda la vida.

Antioxidantes endógenos:

Los antioxidantes endógenos, aquellos producidos internamente por nuestro cuerpo, desempeñan un papel crucial en la preservación de la salud y la promoción de la longevidad. Estas moléculas, incluyendo el glutatión, la coenzima Q10 (CoQ10) y la superóxido dismutasa (SOD) la catalasa o la melatonina, son verdaderos guardianes de nuestras células y tejidos, protegiéndolos de los radicales libres. Veamos las principales funciones de cada uno de ellos.

Glutatión: el maestro antioxidante

Dentro de la alineación de antioxidantes endógenos, el glutatión es uno de mis favoritos. Este tripéptido de aminoácidos, compuesto por glutamina, cisteína y glicina, es una joya de nuestra biología, actuando como una defensa de primera línea contra el estrés oxidativo y desempeñando un papel esencial en la medicina preventiva antienvejecimiento.

El glutatión se produce en el hígado y se encuentra en prácticamente todas las células del cuerpo. Lo que hace que este sea excepcionalmente valioso es su versatilidad. Tiene la capacidad única de donar electrones y neutralizar una amplia variedad de radicales libres, esos elementos dañinos que pueden causar estragos en nuestras células y tejidos. Esta capacidad antioxidante es esencial para proteger las estructuras celulares de daños y mantener un equilibrio en nuestro sistema antioxidante.

Pero el papel del glutatión no se limita a la lucha contra los radicales libres. También desempeña un papel crítico en el proceso de desintoxicación del cuerpo, ayudando a eliminar compuestos tóxicos y productos de desecho. Esto lo convierte en un componente esencial para mantener un cuerpo saludable y libre de toxinas.

A medida que envejecemos, los niveles de glutatión tienden a disminuir, lo que se ha asociado con una mayor susceptibilidad al daño oxidativo y un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Existen varias estrategias para lograr esto, como la incorporación de aminoácidos específicos en la dieta, como la cisteína, que es un precursor del glutatión. La suplementación con N-acetilcisteína (NAC) también ha demostrado ser efectiva para aumentar los niveles de glutatión o incluso el consumo de proteína de suero de leche la cual es alta en cisteína de forma natural son opciones antioxidantes muy poderosas. Además, se investiga la síntesis endógena del glutatión y la terapia de perfusión intravenosa como métodos prometedores para mantener niveles óptimos de esta potente molécula antioxidante.

Coenzima Q10 (CoQ10): energía y protección

Dentro del equipo de antioxidantes endógenos, la coenzima Q10, o CoQ10, destaca como una figura crucial. Su función principal radica en la producción de energía en las mitocondrias celulares, pero también desempeña un papel significativo como antioxidante.

Las mitocondrias son las centrales eléctricas de nuestras células, responsables de generar la mayor parte de la energía en forma de ATP. Sin embargo, durante este proceso metabólico, las mitocondrias también generan radicales libres como subproductos naturales. Aquí es donde la CoQ10 entra en acción de manera extraordinaria. Esta coenzima actúa como un antioxidante liposoluble, lo que significa que puede proteger eficazmente las membranas mitocondriales del daño oxidativo.

La importancia de esta función antioxidante radica en garantizar un funcionamiento óptimo de las mitocondrias lo que, a su vez, contribuye a una producción de energía celular eficiente.

Cuando las mitocondrias funcionan adecuadamente, las células pueden mantener un nivel óptimo de energía, lo que es esencial para el funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo.

A medida que envejecemos, los niveles de CoQ10 tienden a disminuir, lo que se ha asociado con una disminución de la eficiencia mitocondrial y un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el envejecimiento. En este sentido, la medicina preventiva antienvejecimiento considera la suplementación con CoQ10 como una estrategia prometedora para mantener la función mitocondrial, impulsar la producción de energía y apoyar la salud cardiovascular, entre otros beneficios. Recuerda que el uso de estatinas o suplementos como la levadura roja de arroz siempre precisa la suplementación con este antioxidante. Desde el equipo de profesionales de Neolife, estaremos encantados de profundizar en este tema si necesitas asesoramiento al respecto.

La CoQ10 es especialmente relevante en el contexto del envejecimiento saludable y la prevención de enfermedades. Al igual que con otros antioxidantes endógenos, mantener niveles adecuados de CoQ10 es esencial para garantizar una protección efectiva contra el estrés oxidativo, un factor contribuyente al envejecimiento prematuro y diversas condiciones de salud.

Superóxido Dismutasa (SOD): el protector celular

La Superoxido Dismutasa (SOD) es un componente esencial y relativamente poco conocido de nuestro sistema antioxidante interno, pero desempeña un papel crucial en nuestra búsqueda de una vida más saludable y en la lucha contra el envejecimiento. A medida que avanzamos en el estudio sobre este compuesto endógeno, se revelan más detalles fascinantes sobre esta enzima y su importancia.

La SOD, como mencionamos, se encarga de convertir los radicales libres superóxido en formas menos dañinas de oxígeno y peróxido de hidrógeno. Esta acción es de suma importancia, ya que el superóxido es un radical libre altamente reactivo que puede causar daño celular significativo si se acumula en exceso. Al convertirlo en sustancias menos tóxicas, la SOD actúa como una especie de escudo protector para nuestras células y tejidos.

Pero, ¿por qué es tan importante esta protección? Los radicales libres, como el superóxido, se generan de manera natural en nuestro cuerpo como subproductos del metabolismo. Además, también pueden provenir de fuentes externas, como la exposición al sol, la contaminación ambiental y el humo del cigarrillo. Cuando estos radicales libres superan la capacidad de nuestro sistema antioxidante para neutralizarlos, pueden provocar daños en el ADN, las proteínas y las grasas celulares. Estos daños acumulativos están relacionados con el envejecimiento prematuro y diversas enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.

La SOD se genera en varias partes de nuestro cuerpo, lo que subraya su importancia. Se encuentra en el citosol, el compartimento celular donde ocurren muchas reacciones metabólicas esenciales. Además, se localiza en las mitocondrias, las “centrales energéticas” de nuestras células, y en el espacio extracelular. Esta distribución estratégica permite que la SOD proteja nuestras células en múltiples frentes, tanto dentro como fuera de ellas.

Es fundamental destacar que la SOD no trabaja en solitario en la lucha contra los radicales libres. Funciona en colaboración con todos los antioxidantes endógenos, como el glutatión y la catalasa, para proporcionar una defensa completa contra el estrés oxidativo. Cada uno de estos antioxidantes tiene un rol específico en la neutralización de diferentes tipos de radicales libres, lo que refuerza la importancia de mantener un equilibrio adecuado entre ellos.

Para mantener la producción y función óptimas de la SOD y otros antioxidantes en el cuerpo, es esencial llevar un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada. Consumir alimentos ricos en antioxidantes, como frutas, verduras y nueces, proporciona los nutrientes necesarios para mantener este sistema de defensa en óptimas condiciones.

Catalasa: la enzima protectora

Al igual que la Superoxido Dismutasa (SOD) y otros antioxidantes endógenos, la catalasa desempeña un papel fundamental en la defensa de nuestro organismo contra el estrés oxidativo y el envejecimiento prematuro. Profundicemos en lo que hace que la catalasa sea tan especial y en su importancia en nuestra búsqueda de una vida saludable y en la lucha contra el envejecimiento.

La catalasa es una enzima que se encuentra en prácticamente todas las células de nuestro cuerpo. Su función principal es acelerar la descomposición del peróxido de hidrógeno (H2O2) en agua (H2O) y oxígeno (O2). Esta acción es crucial, ya que el peróxido de hidrógeno es una molécula que puede ser dañina para nuestras células si se acumula en exceso. La catalasa, al convertir el peróxido de hidrógeno en componentes inofensivos, ayuda a prevenir daños celulares y a mantener la integridad de nuestras estructuras celulares.

Es importante comprender que el peróxido de hidrógeno es un subproducto común del metabolismo celular normal. Por lo tanto, su producción es una parte natural de la vida de nuestras células. Sin embargo, cuando se acumula en exceso debido a una variedad de factores, como la exposición a la radiación, la contaminación, el estrés y la dieta, puede volverse perjudicial y contribuir al envejecimiento prematuro y diversas enfermedades.

La catalasa es una enzima altamente eficiente en su función. Puede descomponer millones de moléculas de peróxido de hidrógeno por segundo en cada célula. Esta eficacia es crucial para proteger nuestras células de los efectos dañinos del peróxido de hidrógeno.

Además de su papel en la neutralización del peróxido de hidrógeno, la catalasa también se considera un marcador de longevidad. Se ha observado que las especies de mamíferos más longevas, como las tortugas, tienen niveles más altos de catalasa en sus células. Esto sugiere una conexión entre la presencia de catalasa y la capacidad de un organismo para resistir el envejecimiento.

Mantener un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada es esencial para mantener niveles óptimos de catalasa en el cuerpo y, por lo tanto, apoyar su función antioxidante.

Melatonina la hormona multitask

La melatonina, una hormona producida por la glándula pineal, es un compuesto endógeno que a menudo pasa desapercibido en nuestras conversaciones sobre salud y envejecimiento. Sin embargo, su papel en nuestro bienestar es tan esencial como discreto. En esta edición, exploraremos en detalle qué es la melatonina, cómo funciona, dónde se produce, cuál es su objetivo y cómo se diferencia de otros antioxidantes endógenos.

La melatonina es una hormona natural que regula nuestro ritmo circadiano, es decir, nuestro reloj biológico interno. Se produce en la glándula pineal, una pequeña glándula en el cerebro, y su producción y liberación están influenciadas por la oscuridad. Esto significa que la melatonina alcanza su nivel más alto durante la noche, ayudándonos a conciliar el sueño y mantener un patrón de sueño regular.

Su principal función es regular el ciclo sueño-vigilia, pero también actúa como un antioxidante en el cuerpo. La melatonina tiene la capacidad de neutralizar los radicales libres, moléculas altamente reactivas que pueden dañar nuestras células y contribuir al envejecimiento prematuro y diversas enfermedades.

La producción de melatonina disminuye naturalmente con la edad, lo que puede explicar por qué las personas mayores a menudo experimentan problemas para conciliar el sueño. Además, factores como la exposición a la luz artificial en la noche, el trabajo nocturno y el desfase horario pueden alterar los niveles de melatonina y afectar negativamente la calidad del sueño.

A diferencia de otros antioxidantes endógenos, como la Superoxido Dismutasa (SOD), que actúan principalmente dentro de las células, la melatonina es soluble en grasa y puede penetrar fácilmente en todas las partes del cuerpo, incluyendo el núcleo celular y las membranas. Esto le confiere una capacidad única para proteger las estructuras celulares contra el estrés oxidativo.

Como síntesis y para concluir, recuerda que los antioxidantes trabajan en equipo dentro de nuestro cuerpo, ayudándonos a combatir el estrés oxidativo y prevenir el envejecimiento prematuro. Mantener un equilibrio adecuado de estos antioxidantes endógenos es esencial para una vida saludable y una longevidad activa.

En la búsqueda de una mayor calidad de vida a los años que vivamos, es importante considerar estrategias para mantener y optimizar la función de estos antioxidantes, ya sea a través de cambios en la dieta, la suplementación con nutrientes específicos o la adopción de un estilo de vida saludable que reduzca la exposición al estrés oxidativo. Desde el quipo clínico de Neolife estaremos encantados de brindarte el asesoramiento que precises si deseas profundizar mas en como blindar tu salud.


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