La toma prolongada de aspirina puede reducir el riesgo de padecer cáncer


Una publicación de la prestigiosa revista Annals of Oncology afirma que esta medida es la más efectiva después de dejar de fumar y perder peso.

En otro reciente artículo del Hospital General de Massachusetts, en Boston, se relaciona el uso diario de aspirina a bajas dosis con una reducción de la mortalidad en los 130.000 pacientes estudiados. En dicho estudio se apreciaba una reducción de la aparición de cáncer entre el grupo que tomaba aspirina y el que no lo hacía de un 7% en mujeres y un 15% en hombres durante los 32 años que duró la medición.  Esta caída del riesgo puede parecer modesta, pero es el mismo porcentaje de riesgo que se incrementa en aquellos pacientes que padecen obesidad.

Dr. Francisco Martínez Peñalver – Equipo Médico Neolife


Una publicación del Annals of Oncology y un artículo del Hospital General de Massachusetts relacionan el uso diario de aspirina a bajas dosis con una reducción del riesgo de sufrir cáncer.

Desde hace tiempo es conocida la relación entre la toma regular de aspirina y la prevención frente a las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de colon, pero ¿y si además se redujera la aparición de otros tipos de tumores?

Por primera vez, un grupo de oncólogos en una nueva publicación en la prestigiosa revista Annals of Oncology “se mojan” y abogan por el uso de aspirina en grandes poblaciones para disminuir la incidencia de cáncer a tal nivel que llegan a afirmar que esta medida es la más efectiva después de dejar de fumar y perder peso, siendo además mucho más sencilla que ambas. El inicio de la toma se recomienda entre los 50 y los 65 años, y no a partir de los 70 por sus efectos secundarios.

En otro reciente artículo del Hospital General de Massachusetts, en Boston, se relaciona el uso diario de aspirina a bajas dosis con una reducción de la mortalidad en los 130.000 pacientes estudiados. En dicho estudio se apreciaba una reducción de la aparición de cáncer entre el grupo que tomaba aspirina y el que no lo hacía de un 7% en mujeres y un 15% en hombres durante los 32 años que duró la medición.  Esta caída del riesgo puede parecer modesta, pero es el mismo porcentaje de riesgo que se incrementa en aquellos pacientes que padecen obesidad; por tanto, no es nada desdeñable. Se estimó que la dosis media de aspirina a tomar es de 70-100 mg/día, durante un mínimo de 6 años para obtener beneficios. En los resultados se observó un 30% de reducción de mortalidad por cáncer de colon, un 11% de reducción de mortalidad por cáncer de mama, un 23% de reducción de mortalidad por cáncer de próstata y un 11% de reducción de la mortalidad por cáncer de pulmón.

La aspirina puede reducir el riesgo de cáncer

El uso crónico de aspirina a bajas dosis puede prevenir no solo la enfermedad oncológica, sino también la enfermedad cardiovascular.

Por último, la USPTSF (US Preventive Services Task Force) recomienda como opción más equilibrada una dosis de 81 mg/día de aspirina para intentar evitar los efectos secundarios del sangrado intestinal y aprovechar sus beneficios protectores contra el cáncer.

En resumen, parece cada vez más contrastado que el uso crónico de aspirina a bajas dosis puede presentar beneficios a la hora de la prevención de la enfermedad oncológica (especialmente en tumores del aparato digestivo) y, como es de sobra conocido, en la enfermedad cardiovascular. Los riesgos de esta toma crónica de aspirina, aún a bajas dosis, son la hemorragia digestiva y el ictus hemorrágico; por eso es recomendable personalizar la prescripción de la aspirina a aquellos pacientes cuyos beneficios esperados superen ampliamente a los riesgos que la toma del fármaco pueda suponer, como, por ejemplo, aquellos pacientes con un importante historial familiar de cáncer de colon.

En Neolife nuestra obsesión es la prevención de la enfermedad, entendiendo que cada paciente es distinto y que es necesario personalizar nuestra acción sobre cada paciente. La prevención de la enfermedad parte de unos hábitos de vida sanos (alimentación y ejercicio), pero también de unos controles rigurosos y un correcto tratamiento que en conjunto sirvan para aportar al paciente más vida y con mayor calidad.