¿Tiene la vitamina D una actividad antineoplásica?


Es muy probable que la vitamina D tenga propiedades reguladoras inmunitarias, que permitan su uso como terapia coadyudante en determinados tipos de tumores.

En los últimos años se ha visto cómo esta vitamina desempeña un papel transversal, actuando a diferentes niveles de nuestro metabolismo y desempeñando múltiples funciones en diferentes sistemas: interviene a nivel del sistema inmunitario, a nivel del sistema nervioso, mejorando los síntomas depresivos y la función cognitiva y modula el riesgo cardiovascular. Estudios in vitro y en animales han demostrado que, además de las funciones previamente comentadas, la vitamina D podría jugar un papel como antineoplásico.

Dr. Moisés de Vicente – Equipo Médico Neolife


Entre otros, los niveles elevados de vitamina D parece que se asocian a una menor incidencia de cáncer de colon.

Las vitaminas son sustancias imprescindibles para un correcto funcionamiento del metabolismo interno. Tanto su déficit como su exceso conllevan implicaciones deletéreas para nuestro cuerpo. Una de las vitaminas más importantes es la vitamina D, que se puede obtener de tres maneras diferentes: a través de la piel, de la dieta y mediante la ingesta de suplementos.

Hasta hace relativamente poco tiempo se pensaba que su principal función era la de ayudar en la absorción del calcio a nivel intestinal, con el fin de incrementar la masa ósea y evitar así la aparición de osteopenia y osteoporosis. Sin embargo, en los últimos años se ha visto cómo esta vitamina desempeña un papel más transversal, actuando a diferentes niveles de nuestro metabolismo y desempeñando múltiples funciones en diferentes sistemas.

La vitamina D interviene a nivel del sistema inmunitario, a nivel del sistema nervioso, mejorando los síntomas depresivos y la función cognitiva (1) y modula el riesgo cardiovascular. En este sentido, está descrito cómo su déficit se asocia con disfunción vascular, rigidez arterial, hipertrofia ventricular izquierda y presencia de diabetes, hipertensión arterial o dislipemia (2).

Asimismo, se han publicado estudios que reflejan su capacidad para disminuir los síntomas depresivos y la aparición de infecciones respiratorias, tal y como publicamos en nuestro blog en marzo de 2017.

Estudios in vitro y en animales han demostrado que, además de las funciones previamente comentadas, la vitamina D podría jugar un papel como antineoplásico. El mecanismo fisiopatogénico se basaría en la capacidad que ejercería a nivel de su receptor nuclear, presente de forma universal en nuestras células, para regular la división celular y la apoptosis (o muerte celular programada) tanto de las células normales como de las tumorales.

Se han publicado numerosos estudios epidemiológicos con el fin de confirmar esta teoría en humanos, con resultados dispares. Los niveles elevados de esta vitamina parece que se asocian a una menor incidencia de cáncer de colon (3), siendo los resultados con respecto al cáncer de mama y de próstata menos concluyentes. Otros estudios, encaminados a verificar si la suplementación con esta vitamina reduciría el riesgo de padecer cáncer de forma global, no han sido capaces de probarlo. Uno de los principales motivos de esta disociación radica en que la mayoría de los estudios realizados contaban con una muestra poblacional escasa.

Un reciente metanálisis trata de resolver esta cuestión. Se revisaron numerosos artículos y bases de datos donde se relacionaban los niveles de vitamina D y su suplementación con la presencia de patología tumoral. No solo se incluían los tumores clásicos y más prevalentes en nuestra población, como puede ser el cáncer de próstata, sino también neoplasias menos frecuentes, como por ejemplo el neuroblastoma. Los resultados reflejan, sin embargo, que la suplementación con vitamina D no reduce el riesgo de padecer una patología neoplásica, si bien si se vio como en algunos tumores como el de colon, se asociaban con niveles séricos bajos.

Es posible que aún no se tengan resultados concluyentes con respecto a su suplementación de cara a prevenir la aparición de tumores, pero ya se están diseñando estudios y terapias para confirmar lo que en algunos artículos ya se deja entrever: que es muy probable que la vitamina D tenga propiedades reguladoras inmunitarias y a nivel de la regulación en la división celular, que permitan su uso como terapia coadyudante en determinados tipos de tumores (4), fundamentalmente en el hepatocarcinoma.

En Neolife apostamos firmemente por la corrección de los niveles de vitamina D hasta alcanzar su rango de excelencia. Debido a la visión global con la que miramos a nuestros pacientes, la vitamina D proporcionará una mejora en la protección cardiovascular, en la función neurocognitiva y en el sistema osteomuscular, pilares básicos sobre los que enfatizamos nuestra medicina. Pero es que, además, los estudios in vitro apuntan a que en un futuro, y con estudios correctamente realizados y avalados, esta vitamina puede suponer una de las terapias coadyudantes más eficaces e inocuas, con la que poder enfrentarnos a una de las pandemias más importantes que afectan a nuestra sociedad: el cáncer.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Stefanowski B, Antosik AZ. The effect of vitamin D3 deficiency on the severity of depressive symptoms. Overview of current research. Psychiatr Pol. 2017 Jun 18;51(3):437-454

(2) Al Mheid et al. Vitamin D and Cardiovascular disease: controversy unresolved. J Am Coll Cardiol. 2017. Jul 4; 70(1):89-100.

(3) Garland, C.F. and Garland, F.C. Do sunlight and vitamin D reduce the likelihood of colon cancer?.Int J Epidemiol. 2006; 35: 217–220

(4) Manal L.Louka et al. Vitamin D and K signaling pathways in hepatocellular carcinoma. Gene. 2017 Sep 20;629:108-116.