El cáncer, la enfermedad de la edad

Dirección médica de Neolife


El mayor factor de riesgo para desarrollar cualquier enfermedad no infecciosa, incluido el cáncer, es el envejecimiento.

La “edad” del cáncer se encuentra entre los 40 y 50 años. Es por ello por lo que en la mayoría de los casos se considera al cáncer una enfermedad relacionada con el proceso de envejecimiento -si entendemos sus causas, podremos combatir la enfermedad-.

El cáncer es la segunda causa de muerte en los países desarrollados, por detrás de las enfermedades del sistema cardiovascular. En España el cáncer es el responsable de la muerte de al menos 100.000 personas al año. Su incidencia va en aumento. Sin embargo esto no significa que la batalla contra el cáncer se esté perdiendo, ya que este aumento de la incidencia responde, en parte, al aumento de la esperanza de vida (al vivir más años hay más probabilidades de desarrollar un cáncer) y a la mejoría en el diagnóstico (se diagnostican más cánceres que hace dos décadas gracias a las medidas de “screening” o filtro).

ENVEJECIMIENTO (1)

Por otro lado, los grandes avances en los tratamientos y el diagnóstico precoz han logrado una supervivencia media entre todos los tipos de cáncer del 50% a los 5 años del diagnóstico y algunos de los más comunes, como el de próstata en los hombres y el de mama en las mujeres, alcanzan supervivencias del 75% y 80% respectivamente. Precisamente el cáncer de mama, el de prostata y el de pulmón son los más frecuentes, con cifras cercanas a los 230.000 nuevos casos al año en España.

La mayoría de los casos de cáncer se producen en personas mayores de 45 años. Es por ello que, en general, se puede considerar al cáncer una enfermedad relacionada con el proceso de envejecimiento. La Medicina Preventiva, Proactiva, Predictiva y Personalizada (MP4) aplicada al proceso de envejecimiento –Age Management Medicine tiene como principales objetivos la prevención de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento (entre ellas el cáncer) y la mejora de la calidad de vida a pesar del paso del tiempo.

La terapia de reemplazo hormonal bioidéntica (TRHB) es uno de los pilares de la Age Management Medicine, junto con la dieta, el ejercicio, la suplementación nutricional, el equilibrio emocional, el descanso y la detoxificación. A pesar de los grandes avances científicos y médicos que exponen los efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades y la mejora de la calidad de vida de una buena TRHB, todavía la terapia de reemplazo hormonal bioidéntica es muy controvertida, tanto en la población general, como en el colectivo médico.

La testosterona es una de las hormonas más utilizadas en la TRHB y, puesto que el cáncer de mama y el de próstata son los más frecuentes en mujeres y hombres respectivamente, nos referiremos a dos interesantes estudios recientes relativos a este tema.

El cáncer de mama, la testosterona y los estrógenos.

En el estudio prospectivo publicado en la revista Maturitas en 2013 (1) se observó una disminución de la incidencia de cáncer de mama a lo largo de un seguimiento de 5 años en aquellas mujeres pre y postmenopáusicas tratadas con implantes subcutáneos (pellets) de testosterona o testosterona combinada con anastrazol. La incidencia de cáncer de mama en estas mujeres fue de:

– 142 casos por 100.000 personas y año

frente a la incidencia general de la población que es de

– 293 casos por 100.000 personas y año en el estudio SEER

– 325 casos por 100.000 personas y año en el Million Women Study

– 300 casos por 100.000 personas y año en el estudio WHI.

Los autores concluyen que el cáncer de mama se puede prevenir manteniendo una relación entre la testosterona y los estrógenos a favor de la primera mediante el uso de TRHB con testosterona o testosterona combinada con anastrazol.

El cáncer de próstata y la testosterona.

El segundo de los estudios es una importante revisión actualizada sobre la relación de la testosterona y el cáncer de próstata (2) publicada en junio de 2013 en la revista Advances in Urology. Cada vez son más los hombres que demandan la TRH con testosterona para tratar el déficit androgénico del adulto y para prevenir las enfermedades y síntomas relacionados con el envejecimiento. Por otro lado, el cáncer de próstata es el de mayor incidencia en este grupo poblacional y hasta fechas recientes se ha asumido que el tratamiento con testosterona podía producir un cáncer de próstata o empeorar uno ya existente. En este estudio los autores concluyen que:

  • Los niveles plasmáticos altos de testosterona no tienen un efecto significativo en el desarrollo de un cáncer de próstata. Sin embargo los niveles bajos parecen predisponer a este cáncer.
  • La TRH con testosterona no aumenta el riesgo de desarrollar un cáncer de próstata ni aumenta el riesgo de recurrencia en hombres tratados satisfactoriamente de un cáncer de próstata.
  • Los hombres con un cáncer de próstata activo tratado podrían beneficiarse de la TRH con testosterona si cumplen una serie de criterios médicos.
  • Los hombres con un cáncer de próstata activo no tratado no deben hacer TRH con testosterona.

A la vista de los resultados de estos dos estudios y otros muchos en la misma línea, una TRHB con testosterona adecuadamente prescrita y controlada no solo es segura frente al cáncer de mama y próstata, sino que tiene un efecto preventivo.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Glaser RL, Dimitrakakis C. Reduced breast cancer incidence in women treated with subcutaneous testosterone, or testosterone with anastrazole: a prospective, observational study. Maturitas (2013), https://dx.doi.org/10.1016/j.maturitas.2013.08.002

(2) Atan A, Tuncel A, Yesil S & Balbay D. Serum Testosterone Level, Testosterone Replacement Treatment and Prostate Cancer. Advances in Urology. Vol 2013. ID 275945. https://dx.doi.org/10.1155/2013/275945