¿Eres Flexible Metabólicamente? Parte I

Cada vez más se está reconociendo la importancia de un alto VO2max como primer diagnóstico de buena salud y longevidad, incluso muy por encima de los valores comunes. 

El consumo máximo de oxígeno normalmente tiene un enfoque exclusivo de rendimiento, pero según las últimas investigaciones obtener un valor elevado supone ausencia de enfermedad y un seguro de salud en el futuro. 

Dr. César Montiel – Equipo Médico Neolife


Cuando queremos conocer nuestro estado de salud solemos utilizar una revisión médica que incluye tensión arterial, frecuencia cardíaca, IMC, % de grasa y analíticas para controlar los niveles de azúcar, triglicéridos, transaminasas y colesterol, incluso algunas veces hasta espirometría y electrocardiograma en reposo. 

Sin embargo, cada vez se está reconociendo más la importancia de un alto VO2max como primer diagnóstico de buena salud y longevidad, muy por encima de las anteriores valoraciones, incluso la American Heart Assotiation considera necesario realizar una prueba del esfuerzo al año y considera la valoración del VO2max “gold standard” de la salud. 

El consumo máximo de oxígeno normalmente tiene un enfoque exclusivo de rendimiento, pero según las últimas investigaciones obtener un valor elevado supone ausencia de enfermedad y un seguro de futuro en la salud. Incluso en estudios longitudinales se ha podido comprobar que un incremento de solo 1ml/kg/min suponen una reducción de la mortalidad por cualquier causa del 11%, de un 15% por enfermedades cardiovasculares y de un 16% por cáncer. La tasa de supervivencia en un evento grave (accidente laboral, trafico, etc.) es mucho mayor para los que tienen mayor eficacia metabólica. 

En una reciente investigación se ha dado una referencia de predicción de VO2max ajustada a la edad y al peso. Por lo que si Vd. está por encima de esta media tiene un seguro de salud muy importante. 

Ejercicio físico y el frío

¿Qué significa tener flexibilidad metabólica?

En la actualidad, existe un creciente interés por evaluar la influencia de la flexibilidad metabólica, la cual puede definirse como la capacidad que tiene un sistema para ajustar la oxidación del combustible a la disponibilidad de éste. Es decir, tener la capacidad de utilizar rápidamente el sustrato que permitirá disponer de energía, según la disponibilidad y la necesidad, o dicho de otra manera tener la capacidad de utilizar glucosa en momentos de actividad intensa con una duración limitada y ácidos grasos para momentos de menor intensidad y descanso (almacenada en nuestros adipocitos), que es para lo que hemos estado diseñados durante millones de años; y así, de esta manera, tener siempre energía disponible. 

Todo esto dependerá del tipo y la cantidad de nutrientes disponibles para la oxidación a nivel celular, y así las personas con buena flexibilidad metabólica tendrán mejor oxidación de grasa corporal y un óptimo rendimiento deportivo. Tener alimento disponible en todo momento con mucha facilidad no es natural, como tampoco lo es no moverse para conseguirlo ya que la gran mayoría de los trabajos actuales son muy poco activos. Pero tampoco es natural comer 5 o más veces al día, y si además esta comida es procesada (muchas kcal que no generan saciedad y son extremadamente fáciles de digerir) hace que estemos viviendo una epidemia de obesidad.

Sin embargo, la nueva forma de vida en las sociedades desarrolladas ha generado un fenómeno que no es aceptado por nuestros genes y desencadena problemas de salud. Hemos evolucionado durante miles de años, pero en muy poco tiempo hemos creado un mundo para el que nuestro cuerpo no está preparado lleno de comodidades y sin estímulos. Hemos perdido nuestra Flexibilidad Metabólica (FM) y a largo plazo nos hace enfermar. 

Tanto la masa muscular como el hígado y el tejido adiposo son los grandes reservorios energéticos, ya que gobiernan la Flexibilidad Metabólica en una relación directa con el sistema endocrino, por lo que cualquier alteración de este control, puede atraer patologías vinculadas a lo contrario, la temida inflexibilidad Metabólica, que está presente en personas que tienen resistencia a la insulina, diabetes y obesidad. 

¿Qué pasa cuando comemos? 

Empieza la fase postprandial, donde el cuerpo debe decidir qué hacer con cada macronutriente ingerido, es decir usarlo como combustible o almacenarlo. Es un proceso complejo, pero vamos a explicarlo de esta manera:  

No podemos almacenar alcohol, debe quemarse inmediatamente, y esto inhibe el uso de otros sustratos, interfiriendo con la quema de grasa, y con el buen funcionamiento hepático.  

La proteína ingerida tiene principalmente un papel estructural (construir músculo, hormonas, neurotransmisores etc.), aunque puede también en parte usarse como combustible. La proteína sobrante no puede almacenarse directamente, debe convertirse en glucosa previamente, a través de un proceso denominado gluconeogénesis.  

También tenemos al carbohidrato que se convierte en glucosa, un combustible que puede ser utilizado por cualquier célula y fácilmente almacenable en forma de glucógeno (muscular o hepático). Si se superan las reservas disponibles la glucosa puede ser también almacenada como grasa.  

Y por último y no menos importante tenemos a las grasas de la dieta que puede usarse como energía, para tareas estructurales (membranas celulares, hormonas…) o almacenarse directamente como grasa subcutánea o intramuscular. 

Imagine que la comida tenía X cantidad de calorías y se almacenó finalmente el 60%. Va a ocurrir un proceso llamado particionamiento, (cuántas de esas calorías se almacenaron como músculo -proteína o glucógeno muscular-) y cuántas como grasa. Esto depende en parte de lo que hemos comido, pero también de nuestra flexibilidad metabólica. Una vez ya terminada esta fase de selección comienza la Fase postabsortiva, que es donde empezamos a utilizar las reservas y no terminara hasta que volvamos a comer. 

Se da también el particionamiento, pero de salida; si gastaste 50% de calorías en esta fase postabsortiva, ¿cuántas procedían del glucógeno y cuántas de la grasa? 

Ejercicio físico y el frío

La grafica nos viene a decir que nuestro peso viene dado por las diferencias de energías, es decir la gastada y la almacenada, pero tu composición corporal (ratio músculo/grasa) dependerá del particionamiento de entrada respecto al de salida.  

Este deber ser: 

  1. En el estado postprandial almacenamos casi toda la energía sobrante como músculo (proteína + glucógeno). 
  2. En el estado postabsortivo obtienes casi toda la energía requerida a partir de la grasa almacenada, reservando el glucógeno para esfuerzos puntuales de alta intensidad. 

¿Cómo podemos conocer si tenemos una adecuada flexibilidad metabólica? 

Es más sencillo de lo que pueda parecer y no hace falta hacer analíticas, ni pruebas complejas. Simplemente hacer un buen ayuno en un día activo (más de 14-16h) y realizar ejercicio a intensidad media/baja. Si en esas condiciones en las que los depósitos de glucógeno son bajas no sentimos malestar o mareos (hipoglucemia) es que muy posiblemente hemos sido capaces de consumir gran parte de la energía utilizada en forma de ácidos grasos. Pero si cada vez que dejamos de ingerir alimento cada 4-5h tenemos esas malas sensaciones tenemos un problema porque es un indicio de inflexibilidad metabólica y futuros problemas metabólicos a pesar de tener analíticas con valores dentro de la normalidad.  

Existen otros métodos que nos podrían proporcionar valores más específicos sobre la Flexibilidad metabólica como son el Test FAST MAX, donde tras un ayuno de 5 a 6 horas, donde tenemos altos niveles de azúcar en sangre, utilizaremos como fuente principal de energía este nutriente que en ese momento sobra. Después realizaremos una medición de análisis de gases en reposo y en ejercicio aumentando la intensidad progresivamente hasta llegar al umbral anaeróbico. Es decir, no será exigente ya que no necesitamos llegar a intensidades máximas como en una prueba de esfuerzo; ahí podremos controlar el CO2 que producimos y el O2 que consumimos, y nos daría como resultado un cociente respiratorio (RER), que servirá para conocer de manera bastante precisa el porcentaje de nutrientes que nos sirven como fuente de energía. 

Ejercicio físico y el frío

Aunque hay mucha investigación sobre el rendimiento, existe muy poca sobre la población normal y la salud. Pero cada vez se está investigando más sobre el consumo de grasas en diferentes tipos de sujetos y los beneficios que supone para la salud 

Las diferencias entre una persona con alta y baja flexibilidad metabólica se mantienen durante las 24h del día. Esto implica que consumir más o menos grasas es algo constante, en reposo y durante el ejercicio, e incluso la respuesta en las comidas es diferente. Tener una mejor flexibilidad metabólica supone beneficios en la salud, pero también en el aspecto estético, ya que es mucho más sencillo disminuir el % de grasa.  

Dentro de unos años las analíticas del futuro no medirán el colesterol bueno y malo, algo que ya se ha demostrado que no influye demasiado en la salud. Las revisiones médicas laborales serán mucho más útiles, cambiando radicalmente la forma de valorar, para anticiparse a enfermedades que ahora solo se pueden ver cuando ya están. Nosotros en NEOLIFE ya utilizamos medios más útiles como medir el nivel de oxidación celular y potencial Redox para controlar el daño metabólico y todas las enfermedades mitocondriales (diabetes tipo 2, arteriosclerosis, obesidad, cáncer, enfermedades neurodegenerativas, etc.), o prueba de esfuerzo para valorar el RER y el VO2max, entre otras. 

Saber cómo utilizaremos el oxigeno conociendo bien su volumen y la capacidad de oxidación de nuestras mitocondrias es la mejor forma de conocer nuestra salud metabólica, algo que desde NEOLIFE queremos trasmitir que es altamente recomendable. Haciéndonos una prueba de esfuerzo cada año,  tratando de no disminuir nuestro VO2max (ya que es la mejor referencia), y sabiendo utilizar los nutrientes podríamos controlar nuestra flexibilidad metabólica de manera regular y así seriamos capaces de mantener valores saludables (RER 0,8 o inferior); esto nos indicaría que somos capaces de utilizar las grasas como nutriente y tenemos una adecuada sensibilidad a la insulina. 

Os invitamos a no perderos la 2ª parte de este artículo, donde hablaremos de las herramientas para mejorar estos aspectos. 


BIBLIOGRAFÍA

(1) Bret H. Goodpaster, Ph.D. and Lauren M. Sparks, Ph.D. 2017 Metabolic flexibility in health and disease Bret H. Goodpaster, Ph.D. and Lauren M. Sparks, Ph.D. Cell Metab 25(5): 1027–1036 

(2) Corey A. Rynders, Stephane Blanc, Nathan DeJong, Daniel H. Bessesen and Audrey Bergouignan. 2018 Sedentary behaviour is a key determinant of metabolic inflexibility. J Physiol 596.8 pp 1319–1330 

(3) David E. Kelley. 2005 Skeletal muscle fat oxidation: timing and flexibility are everything. J. Clin. Invest. 115:1699–1702 

(4) Jönsson, T., Olsson, S., Ahrén, B. et al. Agrarian diet and diseases of affluence – Do evolutionary novel dietary lectins cause leptin resistance?.BMC Endocr Disord5, 10 (2005). https://doi.org/10.1186/1472-6823-5-10

(5) De Luca C, Olefsky JM. Inflammation and insulin resistance. FEBS Lett. 2008;582(1):97-105. doi:10.1016/j.febslet.2007.11.057